Duelo en tiempos de Covid

Duelo en tiempos de Covid

Duelo en tiempos de Covid. El duelo es proceso activo y dinámico de adaptación que tiene lugar ante una pérdida o daños personales, materiales, pérdida de salud o simbólicos.  El duelo como tal se trata de un proceso normal aunque también existen los duelos patológicos o complicados.

En la vida existen situaciones de pérdidas que forman parte de las etapas evolutivas que suponen cambios de roles pero también hay situaciones sobrevenidas que nos llevan a un duelo.

En el duelo se producen una serie de reacciones y sentimientos habituales, viéndose afectada la persona en todas sus dimensiones:

  • Cognitiva: falta de atención, concentración e interés, pensamientos rumiativos, obsesiones, incredulidad…
  • Afectiva: tristeza, ansiedad, miedo, rabia, soledad, vacío, incertidumbre, culpa…
  • Fisiológica: dolor de cabeza, sensación de falta de aire, pérdida de apetito, alteración del sueño, problemas digestivos, falta de energía…
  • Conductual: aislamiento, llanto, hiper o hipoactividad, atesoramiento de objetos, conductas distraídas…
  • Espiritual: idea de trascendencia y deseo de estar con la persona amada…

La situación actual en las que nos encontramos, ha hecho cambiar nuestra forma de ver y estar en el mundo. El Covid ha cambiado nuestra forma de vivir, de trabajar, de relacionarnos, y también ha cambiado nuestra forma de morir y nuestros rituales de despedida.

Duelo en tiempos de Covid

Ha aumentado el número de muertes, tanto por covid como por causas diferentes sin que haya sido posible el acompañamiento durante la enfermedad y despedida, por parte de sus familiares y seres queridos y por tanto, se ha multiplican los procesos de duelos requiriendo de un acompañamiento profesional en muchos casos.

Duelo en tiempos de Covid

La situación de la covid está siendo una vivencia estresante sostenida en el tiempo llevándonos a una fatiga pandémica que desencadena respuestas a nivel biológico con sintomatología y cambios en el organismo, aparición de somatizaciones, afectación del estado de ánimo e incluso desarrollo de patologías mayores. Todo esto retroalimentado por el aumento de factores de riesgo como las muertes en edad temprana, varias muertes dentro de la misma familia, las circunstancias de la muerte, el aislamiento y las dificultades sociales, laborales y económicas y también, retroalimentado por la disminución de factores protectores como son las conductas sociales que favorecen el acompañamiento.

Siguiendo el modelo de Worden, hablamos de la importancia de la elaboración de tareas durante el proceso activo y dinámico de adaptación que supone el duelo.

  • Aceptar la realidad de la pérdida. El fallecido no va a volver. Es importante para ello los rituales de despedida que pueden ser ritos funerarios, encuentros virtuales, blog o diario con contenido emocional, cartas o dibujos de despedida o de agradecimiento, caja de recuerdos…cualquier ritual simbólico de homenaje y despedida. Cada duelo y cada persona lleva su propio proceso será bueno adaptar cada ritual a la persona.
  • Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida: explorar asuntos pendientes, valorar todo lo vivido con el fallecido,  trabajar con aceptación  los por qué Y si hubiese sido distinto…? Equilibrar la necesidad de los momentos íntimos, de soledad pero sin dejar de promover el contacto, las relaciones sociales que suponen un factor protector.
  • Adaptarse a un medio en el que el fallecido no está presente: toma de decisiones respecto a la economía, a los hijos, al hogar…Es muy importante pedir y contar con ayuda.
  • Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo: seguir con actividades cotidianas, gratificantes, potenciando el autocuidado y dándole un sitio al malestar, que si bien no acaba nunca, cada vez dolerá menos.
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